Jesús les dijo de nuevo a sus discípulos: "¡La
paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí yo también los
envío a ustedes" Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
"Reciban al Espíritu Santo." (Jn. 20, 21-22)
Con esta fiesta finaliza el tiempo pascual. La fiesta de
Pentecostés lleva a su plenitud la pascua de Jesús, la pascua de
Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo. En este día
se revela plenamente la Santísima Trinidad.
Este día celebramos la venida del Espíritu Santo
sobre los apóstoles. Después de la ascensión del Señor los apóstoles
se encuentran desorientados y todo lo que vivieron los confunde, el
día de Pentecostés reciben el Espíritu de Dios, este Espíritu que
Jesús les había prometido (cfr. Lc.Hch. 1, 4-8; Jn. 16, 7)
La fiesta de Pentecostés es siempre una gran
oportunidad de encuentro fraterno con Jesucristo, con el Espíritu
Santo y con los jóvenes de Marcha, Gama, Confirmación y Scout de
nuestro Instituto de San Martín, es también una ocasión de mirarnos
a nosotros mismos, para ver como estamos viviendo los dones que el
Señor y su Espíritu nos han regalado para la misión que se nos ha
encomendado. Con esta mirada podemos culminar todo el ciclo de la
fiesta pascual, en la cual hemos deseado resucitar nuevamente con
nuestro amigo Jesús y donde nos hemos fortalecidos para ser sus
testigos hasta los confines del mundo.
Pentecostés es una oportunidad de renovarnos con la
gracia del Espíritu Santo que fluye con inmensa fuerza, y que nos
acompaña en nuestro compromiso de ser discípulos y misioneros de
Cristo en medio de su pueblo. Animar a profesores y a los jóvenes a
asumir este compromiso ya que el mismo Señor quien nos prometió no
dejarnos solos, sino que nos enviaría la ayuda del Paráclito para
asistirnos y guiarnos: recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que
vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda
Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. (Hech 1,8)
Pentecostés marca el caminar de la Iglesia peregrina,
la llamada misionera de todos aquellos, que llenos de la fuerza
renovadora de los dones del Espíritu Santo, son capaces de vencer
los temores humanos, para adentrarse en un camino que conducirá la
vida de la Iglesia naciente por las sendas del mundo.
La Vigilia contó con tres momentos:
1.- Te he llamado por tu nombre: en donde el Señor nos hace la
invitación de revisar su llamado a través de nuestro nombre, es
una invitación personal. Momento animado por Jorge Muñoz y
jóvenes de confirmación.
2.- Yo estaré contigo: el Señor camina a nuestro lado, con
nuestras tristezas y alegrías. Nos acompaña, nos anima. Momento
animado por Sofía Morales y jóvenes de Gama
3.- Reciban el don del Espíritu Santo: momento en que invocamos
a través de la oración los dones del Espíritu Santo y la
renovación de nuestras promesas bautismales y profesión de fe.
Momento animado por Gabriel Cataldo V.
Llevamos el sello del Espíritu en la vida de todas
las comunidades de fieles cristianos por todo el mundo. Pero también
debemos reconocer que es necesario otros; Pedros, Santiagos y
Juanes, tomen la antorcha del discipulado y comprometidos con las
realidades de las nuevas generaciones sigan anunciando con gozo al
Señor de la vida.
Agradecemos a todas las personas que nos ayudaron
a los animadores de las comunidades, a los profesores que
participaron, al grupo Scout por la animación con dinámicas y
juegos, a los alumnos del CAIS por el café con sabor a cariño y
al equipo de audio Cristián y Rodrigo.
Que el señor Jesús nos siga animando en nuestro trabajo y que
María nuestra Buena Madre nos acompañe en nuestro caminar.