Los días viernes 09 y 10 de septiembre, los
educadores vivimos nuestra segunda y última jornada de
EAM de este trienio. Contentos acogimos la invitación
para participar y reavivar nuestro espíritu en este
caminar. Contamos con la presencia del Hermano Mariano,
quien nos animó, nos cuestionó y nos planteó los
peldaños a seguir para formar la escalera de la
fraternidad y acercarnos más a Dios, a través de
nuestros alumnos.
Reafirmamos que somos peregrinos en búsqueda de
Dios y del sentido de la vida, en un mundo fantástico por sus
conquistas, pero desconcertante por sus contradicciones y su
fragilidad. Afirmamos que todos los días somos invitados a
ejercitar la mirada, a estar atentos a los innumerables signos
de la presencia amorosa de Dios que existen en la naturaleza y
en la historia. Encontrar a Dios en la vida: en la flor, en los
colores, en la música
.
Encontrar a Dios en los niños, en el
desarrollo humano, en los encuentros, en los gestos de
perdón, en la mano tendida, en el servicio abnegado y
escondido. Nos dejamos tocar por la belleza de la vida,
disfrutando del bien, de la bondad, de la gracia; del
ser portador de paz, alegría y vida.
VEMOS EL MUNDO CON LOS OJOS
APASIONADOS DE DIOS. CONTEMPLANDO EL MISTERIO, ADÓRANDOLE ALLÍ,
Y AGRADECIÉNDOLE.
Nuestras reflexiones grupales enriquecieron
el trabajo comentando nuestra experiencia de Dios en el
quehacer educativo, compartiendo en un ambiente de
respeto y sinceridad nuestra realidad personal. Para
entender el sentido de ver al Señor, a través de los
alumnos, se utilizó simbólicamente la escalera. Escalera
en la cual cada peldaño indicaba la acción que
educadores debíamos tener hacia nuestros alumnos.
Fue impactante ver el resultado nuestra escalera
mostraba peldaños que están muy bien asentados y que son parte
del quehacer educativo pero también nos dimos cuenta que era
necesario volver a construir algunos que mostraban cierta
debilidad, para recordar a toda momento que nos pide el Señor
,recibimos el Decálogo de la fe, donde estàn los peldaños que
diariamente deberíamos tener presente.
Crecerá la verdad, crecerá el amor en el
corazón, Tú has sembrado en mi vida la semilla mejor,
así terminábamos el sábado 10 de Septiembre nuestra
jornada de Espiritualidad, en un ambiente de fraternidad
y esperanza, como signo de envío, nuestra rectora nos
invitaba a seguir sembrando la semilla que EAM había
hecho crecer en nuestro corazón y así ser sembradores de
la buena noticia del Reino.Sólo nos queda darles las ¡GRACIAS!,al
HERMANO MARIANO, por motivarnos y darnos la posibilidad
de crecer espiritualmente, queremos hacer vida las
palabras del Hno. Sean, S.G. si lo que buscamos es una
renovación auténtica la espiritualidad es el lugar por
donde debemos comenzar